El debate sobre la implementación de una tasa turística en Sevilla ha tomado un nuevo impulso con el apoyo de la Diputación Provincial al Ayuntamiento hispalense. La propuesta, que podría generar hasta 20 millones de euros anuales para las arcas municipales, fue defendida este martes por Javier Fernández, presidente de la Diputación de Sevilla, en el marco de la jornada ‘Perspectivas sobre la Tasa Turística. Propuestas y Soluciones’, organizada en colaboración con CCOO.
La tasa, que consistiría en un cargo de entre dos y tres euros por pernoctación a cada visitante, tiene como objetivo reforzar los servicios públicos de la ciudad, especialmente en los barrios que sufren el impacto negativo del turismo masivo. Según Fernández, los fondos recaudados podrían destinarse a «mejorar los servicios públicos y compensar a los barrios más desfavorecidos».
Un modelo para mejorar la ciudad
Durante el encuentro, que contó con la participación de actores sociales y económicos, el presidente de la Diputación subrayó la importancia de generar un marco jurídico que permita aplicar la tasa, competencia que recaería en la Junta de Andalucía. «Es necesario que la Junta lo regule y el Ayuntamiento tiene todo el apoyo para defender esto hasta las últimas consecuencias», afirmó Fernández.
Sevilla registró más de 7,5 millones de pernoctaciones en 2023, lo que refuerza la relevancia de la medida, en línea con otras ciudades turísticas importantes a nivel mundial. Fernández recordó que ya existen 120 destinos internacionales que aplican tasas similares con éxito.
Posturas a favor y en contra
El secretario general de CCOO Sevilla, Carlos Aristu, se refirió a la necesidad de buscar un consenso, tanto con la Junta como con el sector hotelero, que ha mostrado su oposición a la medida. «Es normal que haya posturas en contra, pero esta tasa no resta competitividad. Es un modelo consolidado en Europa», afirmó Aristu.
Por su parte, Angie Moreno, delegada de Turismo y Cultura del Ayuntamiento de Sevilla, argumentó que la tasa permitiría mantener el patrimonio histórico de la ciudad y mejorar los servicios públicos, que actualmente son más visibles en el casco antiguo, donde se concentra la mayoría de los turistas, en comparación con los barrios más periféricos.
Un debate histórico para un desafío presente
La propuesta de la tasa turística no es nueva. En los últimos años, varias ciudades españolas han implementado o debatido la adopción de este tipo de gravamen, siempre con el objetivo de equilibrar el impacto del turismo en sus respectivas economías y estructuras sociales. En este sentido, Aristu enfatizó que Sevilla «no sería un caso único» y comparó la situación con la de otros destinos top a nivel global que ya cuentan con esta medida.
A pesar de las resistencias, las autoridades locales defienden que la tasa no debe percibirse como un castigo al sector turístico, sino como una herramienta para garantizar la sostenibilidad de la ciudad. Rodrigo Rodríguez Hans, vicepresidente de Prodetur, subrayó que «los impuestos sirven para mejorar la sociedad» y que este gravamen podría aplicarse de manera flexible, en función de las necesidades y la coyuntura.
El debate sobre la tasa turística en Sevilla continúa, con posturas encontradas entre los sectores implicados. No obstante, el Ayuntamiento y la Diputación coinciden en la necesidad de implementar la medida para asegurar que los beneficios del turismo se redistribuyan de manera equitativa en la ciudad. En un contexto en el que Sevilla busca consolidarse como un destino internacional de primer nivel, la tasa podría convertirse en un recurso clave para garantizar su sostenibilidad y la calidad de vida de sus ciudadanos.