Sevilla enfrenta un problema creciente con la proliferación de cotorras, una especie invasora que ha generado preocupación entre los ciudadanos y ha encendido el debate sobre su impacto en la biodiversidad y calidad de vida en la ciudad. A pesar de los esfuerzos del Ayuntamiento hispalense para controlar su expansión, los resultados hasta el momento han sido insuficientes, lo que ha llevado a muchos vecinos a manifestar su malestar a través de redes sociales.
En uno de estos casos, un usuario de X, @francerbero, se dirigió directamente a Evelia Rincón, quinta Teniente de Alcalde y responsable del Área de Gobierno de Limpieza, Arbolado, Parques y Jardines, entre otros, para pedir explicaciones sobre la situación. Acompañando su mensaje con un vídeo grabado en la Avenida de Kansas City, entre Santa Justa y Luis Montoto, Fran Cerbero muestra la presencia de un gran número de cotorras posadas en el cableado eléctrico de la zona. En su publicación, el usuario denuncia que estas aves «generan un ruido insoportable y una cantidad de excrementos» que llevan meses ensuciando la acera. Finalmente, plantea una pregunta clara: “¿Tiene alguna actuación prevista?”.
La respuesta de la Teniente de Alcalde fue breve pero directa: “Buenas noches, estamos trabajando en ello. Hasta el momento todo esfuerzo realizado no ha dado sus frutos. Gracias”. A pesar de las palabras de Rincón, el problema persiste, y su tuit abrió un debate más amplio entre los vecinos afectados.
Impacto sobre la biodiversidad y la vida urbana
Otros usuarios de X aprovecharon la discusión para compartir sus propias experiencias con la plaga de cotorras. Uno de ellos, @freepakokoSFC, explicó que en Sevilla Este las cotorras han comenzado a expulsar a los gorriones de su hábitat natural, al punto de que “ya casi se ven más cotorras que gorriones”. Fran Cerbero también señaló que la situación ha afectado a otras aves autóctonas como las palomas, lo que evidencia la gravedad del problema.
El Ayuntamiento de Sevilla ha reconocido esta situación en varias ocasiones. Según un artículo publicado en el blog de su página web, las cotorras Kramer y argentina, principales responsables de esta invasión, fueron introducidas en la ciudad hacia 1990. Desde entonces, su número ha aumentado de manera descontrolada, convirtiéndose en un problema no solo para la fauna local, sino también para los ciudadanos. Estas aves compiten con las especies autóctonas, deterioran edificios, causan contaminación acústica y, en algunos casos, se convierten en vectores de enfermedades.
Esfuerzos en marcha, pero sin resultados visibles
El Ayuntamiento ha intentado implementar varios protocolos para el control de estas aves, sin éxito hasta ahora. Las autoridades locales reconocen que las cotorras representan un riesgo tanto para la biodiversidad como para la seguridad de la población. Su tendencia a construir nidos en lugares inapropiados, como postes eléctricos y fachadas de edificios, ha incrementado el peligro de caídas de nidos y ramas, además de los daños que causan en edificios históricos y otros inmuebles.
La comunidad sevillana sigue esperando una solución efectiva. Mientras tanto, el debate sobre las cotorras continúa en redes sociales y en la vida diaria de los afectados. Con el incremento de su población y el impacto negativo que estas aves están causando, la presión sobre el Ayuntamiento crece, y los ciudadanos reclaman acciones más contundentes para proteger tanto su entorno natural como la calidad de vida en la ciudad.
El control de las especies invasoras, como las cotorras, es un tema complejo que requiere de soluciones a largo plazo y de una colaboración efectiva entre autoridades y ciudadanos. Mientras tanto, Sevilla sigue buscando la manera de restaurar el equilibrio en su biodiversidad urbana y reducir las molestias que estas aves están generando a los vecinos.