Resulta inevitable poner el foco en las infraestructuras que Sevilla requiere con urgencia y que, a pesar del paso del tiempo, siguen sin avanzar. Uno de los casos más destacados es el de la conexión ferroviaria entre la estación de Santa Justa y el Aeropuerto de Sevilla, una obra largamente demandada que lleva 18 años en espera de su ejecución. Aunque el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de 2006 ya había reservado suelo para esta actuación, el proyecto continúa en la fase de redacción del estudio informativo.
El panorama es desalentador: después de este primer paso, aún restaría abordar la Declaración de Impacto Ambiental (DIA), licitar, redactar y aprobar el proyecto, para luego proceder a las expropiaciones, la licitación, adjudicación y ejecución de las obras. Los expertos estiman que el horizonte para ver esta obra finalizada es de 15 años, lo que elevaría el total a 33 años desde su planificación inicial. Así lo recoge el informe “Las diez grandes obras de infraestructura que Sevilla necesita”, elaborado por Abraham Carrascosa y presentado recientemente en la Cámara de Comercio de Sevilla.
Una anomalía en el contexto español
El caso de Sevilla no es único, pero sí anómalo entre las grandes capitales españolas. Entre las ciudades con más de 500.000 habitantes – Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Zaragoza y Málaga – solo Sevilla y Zaragoza carecen de una conexión ferroviaria directa al aeropuerto, ya sea a través de Cercanías o Metro. Sin embargo, la falta de un enlace ferroviario en Sevilla es más llamativa al considerar el contexto de otras ciudades.
Barcelona, por ejemplo, cuenta con una infraestructura mucho más avanzada. Desde la ciudad se puede llegar a la Terminal 1 (T1) del Aeropuerto de El Prat en metro, y la antigua Terminal 2 (T2) está conectada tanto por metro como por Cercanías. Además, la Generalitat prevé que en 2026 estará operativa una nueva conexión ferroviaria que unirá la T1 con la ciudad, después de que su finalización se retrasara desde la fecha inicial de 2022. Es decir, la obra habrá sido completada en un plazo de 17 años, casi la mitad del tiempo que se estima que tardará Sevilla en culminar su propia conexión ferroviaria.
La infraestructura en Barcelona generará «significativos beneficios para la movilidad en transporte público de los ciudadanos en el área metropolitana», según Adif. Esta conexión permitirá servicios directos entre las terminales del aeropuerto con Barcelona y el resto de la red de Rodalies, con tiempos de viaje de aproximadamente 19 minutos entre las estaciones de la T1 y Sants. Sevilla, en cambio, sigue atrapada en la fase de planificación.
El factor económico: ¿es solo cuestión de dinero?
Al analizar la inversión necesaria para estos proyectos, surge la pregunta de si la falta de una conexión ferroviaria en Sevilla se debe únicamente a una cuestión económica. La respuesta, según los datos, parece ser negativa. La conexión ferroviaria entre la ciudad de Barcelona y su aeropuerto requiere una inversión significativamente mayor que la estimada para Sevilla. La infraestructura de la T1 en Barcelona cuenta con un presupuesto de más de 300 millones de euros en una primera fase, destinada a la perforación de un túnel que se completó en 2018, y una segunda fase con un coste adicional de 64 millones de euros adjudicada en 2021.
En comparación, la conexión ferroviaria entre Santa Justa y el Aeropuerto de Sevilla requeriría una inversión aproximada de 80 millones de euros, según los expertos. Este coste es notablemente inferior, en parte porque se ha descartado la excavación de un túnel, optando por soluciones como la construcción de un ramal desde el Palacio de Congresos situado en Sevilla Este o desde Valdezorras, a través de la línea de ferrocarril.
A pesar de las múltiples alternativas que se han barajado a lo largo de estos 18 años, Sevilla sigue sin una solución definitiva. “No es que se tarde tanto en construir una infraestructura de este tipo; es que en Sevilla se retrasan de manera especial, por lo que no parece motivado por motivos técnicos, sino políticos”, señala Carrascosa.
Una desventaja competitiva para Sevilla
Más allá de las comparaciones con otras ciudades, la falta de esta conexión ferroviaria pone a Sevilla en una clara desventaja competitiva. La llegada de vuelos directos a destinos internacionales clave, como el recientemente anunciado por el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, durante su viaje a China, podría verse comprometida frente a otras ciudades en liza, como Málaga, que ya cuenta con una conexión ferroviaria eficiente con su aeropuerto.
Esta situación afecta no solo al tráfico aéreo y al turismo, sino también a la capacidad de Sevilla para atraer inversiones y negocios internacionales. La ausencia de una infraestructura de transporte adecuada limita el potencial de crecimiento económico y la desestacionalización del turismo en la capital andaluza, uno de los objetivos estratégicos de la ciudad para los próximos años.
Conclusión: ¿Una cuestión de prioridades?
El caso de la conexión ferroviaria entre Santa Justa y el Aeropuerto de Sevilla es un ejemplo palpable de cómo los retrasos en infraestructuras esenciales pueden tener consecuencias significativas para el desarrollo económico y social de una ciudad. Mientras otras capitales avanzan hacia una mayor integración y modernización de sus sistemas de transporte, Sevilla parece atrapada en una maraña burocrática y política que, al final, perjudica a sus ciudadanos y a su economía.
El debate, por tanto, no es solo técnico o financiero; es también una cuestión de prioridades y voluntad política. ¿Cuánto tiempo más tendrá que esperar Sevilla para estar conectada al mundo como se merece?