La Universidad de Sevilla (US) ha arrancado el nuevo curso académico en medio de una profunda controversia. Los estudiantes se han alzado en contra de varios puntos de la reforma del estatuto, especialmente aquellos relacionados con el sistema de evaluación continua, y están considerando convocar un paro académico para expresar su descontento.
El Consejo de Alumnos, conocido como Cadus, ha emitido un comunicado contundente en las últimas horas, denunciando que la reforma propuesta recorta derechos fundamentales del estudiantado y establece condiciones vagas que podrían facilitar la vulneración de estos derechos. Entre las principales preocupaciones se encuentra la posible eliminación de los exámenes parciales, un cambio que los estudiantes temen que afecte negativamente su desempeño académico y sus oportunidades de éxito.
Según el Cadus, la reforma del estatuto no garantiza la implementación efectiva de la evaluación continua, a pesar de que el Rectorado ha manifestado su intención de favorecerla. Los estudiantes argumentan que el término «evaluación continua» es jurídicamente indeterminado y carece de la obligatoriedad necesaria para asegurar su aplicación, lo que deja a los estudiantes en una situación de incertidumbre.
Además, el comunicado destaca el riesgo de pérdida de becas y la reducción de representación estudiantil en los órganos de gobierno de la universidad. La delegación de alumnos de la Escuela de Ingeniería Informática en Reina Mercedes ha convocado una asamblea este miércoles para discutir estos temas y definir una posición común. En su cuenta de Instagram, los estudiantes expresan que el borrador del nuevo estatuto condiciona sus derechos y debilita el proceso de aprobación de asignaturas antes del examen final.
La situación ha llegado a tal punto que los estudiantes están considerando la posibilidad de un paro académico como medida de protesta. La preocupación por la pérdida de derechos y el impacto de los cambios propuestos ha movilizado a la comunidad estudiantil, que exige una revisión exhaustiva de la reforma para garantizar que sus intereses y derechos no sean comprometidos.
En medio de este clima de tensión, el candidato a rector, el catedrático Manuel Marchena, ha intervenido con un comunicado propio. Marchena reclama una reforma urgente del estatuto en lo que respecta a la elección de los órganos de gobierno, proponiendo que el rector sea elegido por sufragio universal ponderado. Según él, la situación actual es «lesiva para una comunidad de más de 70.000 personas», ya que el actual rector ha retrasado la reforma del estatuto vigente por 450 días.
Marchena también aboga por la aplicación de la Evaluación Compensatoria, un sistema que permitiría a los estudiantes superar asignaturas pendientes bajo ciertos requisitos. Este modelo, que ya está en uso en más del 70% de las universidades españolas, es respaldado por el Cadus. Asimismo, Marchena defiende la evaluación continua, en línea con el Plan Bolonia, como una forma de modernizar y mejorar el sistema educativo de la US.
El conflicto en la Universidad de Sevilla pone de manifiesto la necesidad de un diálogo constructivo entre la administración universitaria y los representantes estudiantiles. La comunidad universitaria está atenta a cómo se desarrollarán los próximos días y si las demandas de los estudiantes serán escuchadas y atendidas de manera satisfactoria.
